Pancho, El Gaitero de Llonín, tenía el privilegio desde muy niño, de captar los distintos sonidos que se producían a su alrededor, siempre entre tanta naturaleza de su Llonín natal, en los montes cercanos como El Cuera o La Puente Cavandi etc… Por el canto de los pájaros podía interpretar un cierto significado o situación que tenían ellos en ese momento e igualmente los sonidos emitidos por otros animales salvajes o por el ganado cercano como las ovejas, las cabras o vacas; escuchaba con atención el sonar de las campanillas, campanos, e incluso modificada esos sonidos a base de golpes lo que se conocía como “machacar campanos…” para que sonaran a su gusto. Bien se puede decir que tenía un oído muy especial y que mas tarde lo demostraría con el sonido de sus flautas y también con la gaita su verdadera pasión y, en definitiva, con toda la música.
A veces, comentaba Pancho, que la música en general era algo tan misterioso que él necesitaba, en los momentos mas difíciles, tocar la gaita, escuchar nuevos sonidos, nuevas canciones y “sentir el aire en los dedos y al moverlos conseguir notas” e interpretar melodías, en cualquier lugar, de día y de noche…
Albert Einstein: “Si no fuera físico, probablemente sería músico. A menudo pienso en música. Vivo mis sueños en música. Veo mi vida en términos musicales. No puedo decir si habría podido hacer alguna pieza creativa de importancia en la música, pero sí sé que lo que más alegría me da en la vida es mi violín”